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| El Comienzo | |
| | Autor | Mensaje |
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Lilith D'Artois Camarlengo/Agente de AX
Mensajes : 18 Fecha de inscripción : 19/02/2011
Hoja de personaje Raza: Humana Organizacion: Vaticano Rango: Camarlengo y Agente de AX
| Tema: El Comienzo Jue Feb 24, 2011 6:38 pm | |
| 24 de Diciembre de 22__
Aún la cabeza le daba vueltas, la noche había sido larga, y parecía que aún la odisea no iba a terminar. Pero las historias de este tipo tienen dos tipos de finales, y sólo uno de ellos es feliz. Pero para la suerte de Lilith, no le tocó el final feliz. Siendo muy joven su familia la meten de novicia para poder protegerla de lo de la amenaza de los oscuros,ya habían perdido a uno de sus hijas, hermana mayor de Lilith, pero no consideraban que su hija no iba aceptar fácilmente tal destino, la soledad no iba con su personalidad no mucho menos un celibato y vida contemplativa. No era la primera vez que Lilith había estado con un chico, aunque la intimidad en el convento era complicado de lograr, mas la joven era astuta y el mero hecho hecho de romper las reglas la llenaba de emoción y un poco de morbo. Había salido esa noche del convento, saltando la muralla que daba al jardín. El camino desde ahí era fácil, encontraría al chico pronto, a dos cuadras,la estaría esperando en una motocicleta, y de ahí se irían a cualquier lado, ¿qué importaba?. Sin embargo no puedes ser una jodida chica sin que te ganes varios enemigos en el trayecto, más en un grupo de compungidas y devotas niñas, porque era obvio que no todas e estaban ahí para salvarse de los oscuros. Así que una de esas chicas, que en verdad odiaba a Lilith, fue a avisarle a la madre superiora que Lilith había escapado. La secuencia de los hechos que sucedieron a esto, era poco clara, incluso para Lilith, siendo una de las protagonista de los mismos, pero pasaron tan rápido, que sólo recuerda cuando estaba durmiendo con el chico, en un cuarto de motel y llegaron a la habitación la madre superiora y dos monjas más. De ahí, el desenlace era claro, recibiría un castigo y luego quería a merced de lo que pudiera pesarle, son protección alguna, sin su padre, sin nadie, porque luego de que su padre la pusieran en aquel lugar, habían desaparecido, presumiéndose que habían sido esclavizados o muertos. Y cuando Lilith ya esperaba su sentencia, la puerta de su claustro se abrió y le informaron que sería llevada a Roma, ella fanfarroneo, diciendo que no pensaba que tendría tanta atención, y haciendo gala de su personalidad desdeñosa avanzó pavoneándose, sin mostrar miedo alguno o arrepentimiento ante su ofensa. El viaje había sido algo corto, pero la presencia de las dos monjas, lo había transformado en un tenso viaje, veían en aquella insolente una malagradecida y una muestra de desagravio. Pero no comprendía el porqué la sumo pontífice la llamaba ante su presencia. Al llegar al vaticano, Lilith fue conducida al despacho de la mujer, y ahí quedó sola. La chica se quedó mirando los libros, eran tomos antiguos y tuvo la curiocidad de ver algunos, como el de la divina comedia. Echó un vistazo hacia la puerta nadie veía y sacó el libro, abriéndolo para leerlo. Había una indolencia natural ante su destino, pero ¿para que impasientarse, lo hecho hecho estaba, ¿o no?
Última edición por Lilith D'Artois el Sáb Feb 26, 2011 6:17 pm, editado 2 veces | |
| | | Alessandra XVII Suma Pontífice {Vaticano}
Mensajes : 47 Fecha de inscripción : 24/03/2010
| Tema: Re: El Comienzo Vie Feb 25, 2011 12:26 am | |
| Otro día igual que el anterior, anterior y anterior, la rutina se sucedia sin que mis días variasen en lo más mínimo. La tranquilidad podía conmigo y mis nervios, cada vez más irascesibles, saltaba a la mínima. Temía que lo peor pudiera pasar. A pesar de mi odio hacia la rutina esta era la que me mantenía ya que no tener en lo que debía hacer y tener siempre algo entre manos evitaba que mi mente divara hacia lugares y recuerdos en los que era mejor no andar. Hacía un año ya, parecía mucho pero no era nada. Que largo se me había hecho.
Blanco, sólo blanco, era el único color con el que me había vestido había dejado el negro atrás para pasar al blanco, un color que significaba pureza... y santidad. No me incomodaba mi forma de vestir, siempre había preferido la sencillez aunque estaba claro que el blanco no entraba dnetro dem is colores predilectos, pero todo esto no era cosa de gustos, era cosa de tradiciones y normas al fin al cabo, normas que estaban ahí para cumplor, aparte de eso todo escondía un significado. El blanco tenía significado como el rojo, el morado o el negro mismo.
Lo bueno de tener un gobierno centralizado era que todo terminaba pasando por mis manos o por mi despacho, todavía no había nombrado ningún camarlengo puesto que no había necontrado a nadie lo suficientemente cualficiado como para el puesto. Tenía consejero a mi lado y entre ellos a Jean-Paul que era indudablemente una de las mayores ayudas que nadie me podría dar porque ante todo, confiaba en él como no lo había hecho en meses. Mis sueños, más bien pesadillas me preocupaban porque no llevaba teniendo ninguna desde hacía meses, bueno sí, pero era apenas pequeños trozos de apenas un par de segundos y eran flashes demasiado rápidos por lo que me costaba recordarlos.
Había una pequeña cuestión que había hecho que mi rutina se desviase, hacía unos días me había llegado la noticia de una joven novicia de un convento de la zona limítrofe con los Oscuros que había sido encontrada manteniendo una relación con un joven. Lo de la relación era lo último que me importaba, era joven y seguremante no había sido su voluntad el terminar convirtiéndose en monjas. Seguramente sus padres habían recurrido a ello como última opción. Lo uqe me llamaba la atención era lo que me habían contado de su rebeldía. La había mandado llamar.
Me dirigí a mi despacho, me habían comunicado que había llegado y la había hecho hacer esperar en mi despacho mientras hablaba con la madre superiora de aquel lugar. Era una mujer ya entrada en años, fuerte y muy a la antigua usanza, pero me había caído bien. Era normal, era ya mayor y los cambios como era normal la aturullaban. Por fín había conseguido despedirme de ellas de una forma lo suficientemente cortés como para poder llegar a mi despacho y encontrarla leyendo uno de los inumerables libros que allí conservaba. Muchos de ellos eran antiguos y escritos en otras lenguas, me yaudaban a descifrar mis visiones.
Me acerque a ella de forma sielcniosa ya que staba absorta en su lectura. Me había agradado el verla leyendo, me decía algo de ella que me causaba una muy buena sensación. -Dicen que la lectura es lo único que consigue calmar a los más ávidos de curiosidad | |
| | | Lilith D'Artois Camarlengo/Agente de AX
Mensajes : 18 Fecha de inscripción : 19/02/2011
Hoja de personaje Raza: Humana Organizacion: Vaticano Rango: Camarlengo y Agente de AX
| Tema: Re: El Comienzo Vie Feb 25, 2011 6:34 pm | |
| El abrir aquel libro le hizo perder la atención que debía tener de la puerta de que nadie viniera y que la sorprendiera tomando un tomo que seguramente valdría mucho más que la más que el mismo texto que contenía, una pieza de arte antiguo. Pero le era imposible no abstraerse, reconocía que debía ser una pieza valiosa y además, que ella estaba leyendo una antigua edición del libro. Así que cuando la sumo pontífice llegó, ella no la escuchó y se llevaría un menudo susto, cerrando el libro que por poco cae de sus manos.
La rubia se giró hacia la mujer de blancos ropajes, y la reconoció enseguida, la miró, determinó y midió sus fracciones y formas de su cuerpo, sólo unos segundos demoró en hacerlo, estaba asombrada de que apareciera así además, de ser tan joven, aunque ya la había visto en la televisión, era increíblemente bella, ella repararía en este detalle, aún asombrada, pero intentando recuperar rápidamente la compostura. Meditó,la chica, no le diría algo, sabía con quien meterse a pesar de tener un natural problema con la autoridad, no estaba demente de tratar a la jefa de la iglesia, como trataría a la madre superiora.
- sí.. eso dicen - sonrié y hace un gesto, retrocediendo y colocando el libro en el armario dandole un golpesito gracioso, y la volvió a mirar, inclinando la cabeza. tampoco iba a besar sus manos o algo semejante, nunca comprendió tal acción, después de todo era una humana y ni siquiera estaba del todo segura que Dios existiese. Seguramente no existía o se había olvidado de su creación, por permitir lo que ha permitido que pase en la tierra.
- me ha mandado a llamar y asumo que es por lo que pasó - está con los brazos a los costados, pero tenía ganas de cruzarlos, para darle atender que arrepentimiento no había, pero no era necesario, sólo con escucharla era suficiente para darse cuenta que no había ni una pizca de arrepentimiento en lo que había hecho. No era mal agradecida, su padre la había intentado salvar, pero sí le molestaba que aquella decisión la hubiera arrancado de la vida que ella deseaba vivir, hubiera podido cuidarse sola, además, él nunca se había ido de aquella ciudad, en el límite con los oscuros. Su padre... ahora ya no estaba para reclamarle nada, y lo extrañaba. | |
| | | Alessandra XVII Suma Pontífice {Vaticano}
Mensajes : 47 Fecha de inscripción : 24/03/2010
| Tema: Re: El Comienzo Sáb Feb 26, 2011 2:44 am | |
| Le devolví la sonrisa de forma cortés. Notaba como me evaluaba con la mirada, me quedé quieta dejando que me observase no tenía nada que ocultar. Hice lo propio con ella, era joven pero tampoco habría una gran diferencia de edad entre ambas. Se notaba que no quería estar aquí, que había hecho algo mal y no se arrepentía. No la iba a obligar a arrepentirse para eso no la había mandado llamar. La observé detenidamente por unos instantes más, su expresión decía mucho de ella, parecía estar totalmente determinada a ir contra cualquier poder establecido. Yo también había sido así, pero tuve que madurar,demasiado rápido.
No pretendía que me besase el anillo ni nada por el estilo, tal y como se mostraba dudaba que lo hiciera y tampoco era algo que esperaba de ella, era joven y como tal rebelde. No quería estar dodne estaba pero le había tocado, no había tenido elección, tenía que ceñirse a unas normas que ella no había aceptado voluntariamente y claro está, que se las saltaba. Eso había alarmado notablemente a la Madre Superiora pero yo también me saltaba normas y hacía un poco lo que quería, claro está, que yo había hecho los votos por decisión propia, nadie me había empujado a hacerlos.
Lo mejor sería ir al grano cuanto antes, me acerqué a mi escritorio e hice un gesto con la mano a la joven para que me siguiera, rodee la mesa apoyando la mano en ella tal y como había visto hacer a mi padre. Casi un año ya, no me podía creer que hubera pasado casi un año. Apoyé ambas manos y le indiqué que se acercase, se podía sentar si quería. Tampoco dudaba que tuviera algún tipo de reparo en hacerlo, algo me decía que ella no era así. La observé deteniadamente por unos instantes más, había algo en ella que me gustaba.
-Sí, te he mandado llamar. Pero no por la razón que tu crees.-la miré suavemente y esbocé otra pequeña sonrisa. El antebrazo me picaba, las marcas de esta noche me escocían. Me senté-Estoy al corriente de lo ocurrido pero no he venido a discutir eso, sea cual sea tu penalización no me corresponde adjudicártela, al menos no directamente. Te he mandado llamar para hablar sobre otro tema. | |
| | | Lilith D'Artois Camarlengo/Agente de AX
Mensajes : 18 Fecha de inscripción : 19/02/2011
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| Tema: Re: El Comienzo Sáb Feb 26, 2011 6:06 pm | |
| Lilith en realidad esperaba algo más de parte de la sumo pontífice, que la mirara con reprobación como lo hizo la madre superiora o se escandalizara como lo hicieron las demás monjas, pero en vez de eso encontró un gesto afable, lo que en verdad, no le agradaba para nada. Había que sospechar siempre de los maricones sonrientes y al parecer esta mujer de rubios cabellos lo era. Lilith se puso en alerta, no le gustaba no poder recibir una reacción inmediatamente sincera, o mejor dicho la que esperaba, porque desmoronaba su plan de acción.
- ¿así?... ahora si que estoy sorprendida, - y claro que lo estaba, sentada en el asiento que la mujer le había dado, justo frente al escritorio de la sumo pontifice, se sentía realmente en una inferior posición, Lilith no recordaba otro momento en que estuviera en esa posición y realmente era muy molesta - castigo... jem... - agregó desdeñosa, que la excomulgara, por ella mejor, se refugiaría en algún lugar más seguro y seguiría su vida como la había planeado, sin hábitos, sin votos, sin nadie que la controlase. Además, así podría en realidad buscar a su familia. Miró desafiante a la sumo pontífice, y no agregaría algo más, esperaba que hablara, después de todo, ella tenía el mando de la conversación. | |
| | | Alessandra XVII Suma Pontífice {Vaticano}
Mensajes : 47 Fecha de inscripción : 24/03/2010
| Tema: Re: El Comienzo Dom Feb 27, 2011 3:16 am | |
| Enarqué las cejas y la miré con curiosidad. Esbocé una sonrisa y solté una débil risa. Estaba claro, rebelde sin causa. No borré la sonrisa de mi rostro. Aquella situación, no sabía porque, me hacía gracia. Nunca me había enfrentado a una situación así. Me había acostumbrado a las inclinaciones de cabeza y a los gestos de respeto, todo eso me hacía sentir sola aún estando rodeada de mucho gente. Me hacía sentir diferente y no me gustaba. Dejé que el silencio pasara, sabía que mi pequeña idea sonaba ciertamente descabellada pero algo me decía que era lo correcto, que era lo que debía hacer. No sabía su respuesto, y no podía adivinarla. Me había dejado bastante claro por su forma de hablar y comportarse que no estaba donde hubiera deseado estar y que seguramente su deseo sería escapar.
-No sé lo que opinas de mí, y realmente no sé si me debería importar o no.-cogí aire y pensando como seguir hablando de la forma más adecuada posible, reordené de manera distraída varios papeles que tenía sobre la mesa-Quiero hacerte una proposición. Una proposición que estas en total libertad de aceptar o rechazar. Seguramente, lo que voy a proponer te plantee una vida bastante diferente a la que tienes en mente. Pero me gustaría que me escuchases
Podía soltarlo todo de rpeente, pero quería ver su reacción antes. Saber su reacción ante lo que le podía proponer, sentía curiosidad por ella. Había algo que hacía que me recordase a mí misma, no precisamente ahora sino hace unos años pero al mismo tiempo, era tan dispar.
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| | | Lilith D'Artois Camarlengo/Agente de AX
Mensajes : 18 Fecha de inscripción : 19/02/2011
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| Tema: Re: El Comienzo Miér Mar 02, 2011 11:41 pm | |
| Ahora esperaba otra cosa, alguna acción, alguna negociación, pero tenía mucha curiosidad para saber que era lo que le quería proponer, ahora si que no entendía, aunque seguramente era una salida alternativa a su castigo por follarse a un tipo que por lo demás estaba buenísimo. Pobre, estaba muy asustado cuando se enteró que estaba acostado con una novicia, lo que hizo del momento aún más divertido de lo que ya era.
- a ver... si comprendo, me propone algo... um, la verdad, es que tenia ganas de una excomunión y mandarme a cambiar, pero soy toda oídos, que me propone - colocó los codos en la mesa, y apoyando su cabeza en sus manos mirando a la poderosa mujer, claro que quería saber, era arrogante y altiva, pero también ambiciosa, y si le ofrecían algo mejor que sólo quedarse en las calles vagando, tanto mejor. Seguía todos sus rasgos, ahora si que se daba cuenta que en realidad la había llamado a buscar no por su falta, pero ¿por qué?, no era la única que rompía los votos y era descubierta, eran muchos, pero ¿por qué se preocupaba por ella?. Algo oscuro estaba oculto, y casi lo podía oler. | |
| | | Alessandra XVII Suma Pontífice {Vaticano}
Mensajes : 47 Fecha de inscripción : 24/03/2010
| Tema: Re: El Comienzo Miér Mar 23, 2011 11:42 pm | |
| Me tomé mi tiempo, en este preciso instante llevaba yo la voz cantante y me permití aquel lujo de hacerla esperar. Esperaba la excomunión, el librarse del modo de vida que había llevado, si fuera ella también lo desearía. Me levanté con tranquilidad, pero siempre mirando a mi interlocutora. Apenas estaba generando una opinión clara sobre ella, pero por lo que había podido observar ya era capaz de trazar varios rasgos definidos sobre su caracter y vida anterior.
Me alejé lentamente del escritorio hasta llegar a la ventana que daba salida a la pequeña terrza, las cortinas estaban corridas, las retiré para hechar un vistazo al exterior, desde allí se veía la plaza de S. Pedro, apenas había un par de personas en ella. Me gustaba mirar a la gente pasar, pero por nada más en especial. Simplemente por mirar. Me giré y volví mi mirada hacia la joven de cabellos rubios, todavía mantenía en mi mano la cortina.
-Quiero...No, me gustaría que hicieras un trabajillo para mí. Eso sí, te tendrías que olvidar de tu ansiada excomunión.-esbocé una sonrisa amable. Me volví a acercar, pero está vez no me senté, volví a apoyar las manos en la mesa y volví a sonreir. Quería que se sintiera cómoda, y que ante todo me respondiera con sinceridad.
En los últimos mese había aprendido una cosa, que la gente mentía pero lo hacía de forma descarada. Sobre todo para quedar bien o por le miedo de enfrentarse a un superior y no me gustaba en absoluto. Aparte de estar mintiendo a la persona que preguntaba también se mentía a sí mismo ya que normalmente esa respuesta forzaba a hacer luego algún tipo de acción y no era más que hacer más grande la bola, y esas bolas llegaba un momento que no se pueden esconder más y el final siempre es peor. Por mi parte, nunca he tenido un problema así, quiza por mi incapacidad para mentir. No era capaz de hacerlo, pero con nadie. Muchos decían que era bueno, y podía serlo ya que la sinceridad es una cualidad importante en las personas pero en ocasiones una mentirijilla era lo más adecuado. | |
| | | Lilith D'Artois Camarlengo/Agente de AX
Mensajes : 18 Fecha de inscripción : 19/02/2011
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| Tema: Re: El Comienzo Sáb Mar 26, 2011 12:47 am | |
| Misterio misterio, y esta mujer, de gran poder en este nuevo mundo, no terminaba de hablar. Lilith, que la paciencia no era una de sus virtudes, ya comenzaba a tronar los dedos, por las ansias que tenía de que le dijera de una vez por todas que era lo que tramaba, pero no, la sumo pontífice tenía otros macabros planes para llevar al límite de su paciencia a la chica que en realidad, solo quería irse y disfrutar de la libertad que aún sentía que se le habian arrebatado injustamente. Se inclinó hacia atrás en el sillón, echandose y con las manos entrelazadas sobre el vientre, jugueteando con los dedos. Era la más clara imagen de una niñita traviesa a la que le picaban las manos por hacer algo absolutamente travieso.
- entonces estamos hablando de negocios... - levanta las cejas, y la mira, todo sus movimientos, como se pasea, debe reconocer que esta mujer es enigmática y su poder atrayente - lo que me hace curiosidad es que me pida a mí, alguien con... digamos, problemas de comportamiento, que haga un trabajo - se moja los labios, y la vuelve a encarar, echandose hacia delante, no se sentía intimidad, aunque debería hacerlo - sin embargo... me parece que debe ser algo importante, porque es una persona importante, bien... dispare, y veamos que me tiene preparado... ahí veré si la excomunión se me hace más atractiva que su propuesta - insolente era poco para gráficar la forma en que le hablaba, pero en realidad, no tenía porque rendirle pleitecia, ella no le interesaba estar en la iglesia, y había perdido toda familia, como para ofenderlo por sus acciones | |
| | | Alessandra XVII Suma Pontífice {Vaticano}
Mensajes : 47 Fecha de inscripción : 24/03/2010
| Tema: Re: El Comienzo Sáb Mar 26, 2011 5:42 pm | |
| Humedecí los labios, si aceptaba me quitaría de encima una de mis mayores preocupaciones pero no era capaz de deducir su respuesta. Aquella chica era enigmática, y apenas dejaba traspasar nada. Eso estaba bien, no dejarse engatusar con nadie. Aparentaba estar segura, aunque la duda me corroía por dentro, era una decisión arriesgada la que iba a tomar y sin apenas conocer a la persona. Sí era cierto que tenía la sensación de que era lo que debía hacer, pero no siempre las sensaciones acertaban y no sería tan fácil echarme atrás. Bien cierto era, que siempre quedaría la excomunión pero ya sabría demasiado, como para dejarla marchar y no me apetecía retener a nadie en ningún lado a su contra. ¿Esto me justificaría a hacer algo así? Absolutamente no.
-No lo calificaría precisamente como negocios, más bien es una proposición a cierto puesto. ¿Conoces la función del camarlengo, Lilith? Me volví a sentar, esta vez no entrelace las manos ni nada, simplemente dejé ambas manos apoyadas sobre la mesa.
Rafale me tomaría por loca si me viera en este preciso instante. ¿Ofrecerle tal cargo a una completa desconocida por no contar que ha roto sus votos? Esbocé una pequeña sonrisa sin pretenderlo, ahora mismo estaría llegando a Londres, por lo que seguramente esta noche ya tendría noticias de él y si todo salía como esperaba le podría decir que ya tenía mano derecha. | |
| | | Lilith D'Artois Camarlengo/Agente de AX
Mensajes : 18 Fecha de inscripción : 19/02/2011
Hoja de personaje Raza: Humana Organizacion: Vaticano Rango: Camarlengo y Agente de AX
| Tema: Re: El Comienzo Lun Mar 28, 2011 4:20 pm | |
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La pregunta en realidad si que no se la esperaba, el puesto de camarlengo era un alto cargo, lo que hizo que Lilith se sentara mejor para tomarle mayor atención, sin saber hacia donde quería ir, habían muchas posibilidades, entre ellas ¡le estaba pidiendo que ella fuera?, Eso si que no se lo creía, abrió los ojos mucho y su sonrisa ladina pasó a una media sonrisa de estupefacción.
- claro que lo conozco...pero lo que no sé es que pretende con esa pregunta... le pediré que sea más clara que mi curiosidad me supera - se sinceró, realmente Lilith era despiadadamente franca, lo que muchas veces le había producido graves problemas, no por nada entre las hermanas de la orden, no la querían mucho.
- ¿desea que tome ese lugar o quiere que le busque alguién para ese puesto?- erguida hacia delante, sus ojos celestes no se quitaban de los ojos de la papiza, tenía más que curiosidad, tenía cierto recelo por lo que le iba a decir Alexandra XVII.
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| | | Alessandra XVII Suma Pontífice {Vaticano}
Mensajes : 47 Fecha de inscripción : 24/03/2010
| Tema: Re: El Comienzo Lun Mar 28, 2011 11:39 pm | |
| Esbozó una amable sonrisa ante sus preguntas, comprendía esa estupefacción ella misma había experimentado lo mismo cuando su padre le había pedido que ocupase dicho cargo. Sabía las responsabilidades que conllevaba. Por una parte se sentía segura de que aquella chica sería capaz de hacerlo, pero no tenía pruebas. ¿Debía dejarse guíar por su "sexto sentido"? Esta vez, lo haría.
Abrió la boca y la volvió a cerrar, quería meditar sus palabras. Esto podría cambiar el curso de muchas cosas y estaba segura de aquello. Trinity dudaba pero al mismo tiempo Alessandra estaba perfectamente convencida de la decisión que iba a tomar. -Quiero que tú tomes ese lugar Habló de forma clara y directa, pero al mismo tiempo formulada en un tono de petición. No la obligaría a tomar el puesto y más sabiendo las aspiraciones de la joven que era vivir una vida alejada del clero cuando este rango le exigiría todo lo contrario. No iba a obligar a nadie a hacer nada que no desease eso iba contra sus principios y sí en algo tanto Trinity como Alessandra coincidían era en no ir contra estos.
Agurado con expresión calmada pero al mismo tiempo esbozando una amable sonrisa, animando a Lilith a que le dijera su verdadera opinión. | |
| | | Lilith D'Artois Camarlengo/Agente de AX
Mensajes : 18 Fecha de inscripción : 19/02/2011
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| Tema: Re: El Comienzo Miér Mar 30, 2011 8:18 pm | |
| abrió los ojos como plato, e inclinó la cerviz hacia delante, con los ojos pegados en la papiza, repasando lo que había dicho muchas veces, mentalmente para ver si se había equivocado, pero no, no lo había hecho, ella le había pedido que fuera Camarlengo. un altísimo cargo en la vaticano como para que ella, una desadaptada como ella lo llevara. No, si claro que no podía creerlo.
- ¿está segura? - atinó a decirle y pensar: hola, soy la que pillaron follándose con un tipo en un bar... alo?... no comprendo. Intentó recuperar algo de la compostura y mirar para todos lados, si no aparecía alguien riéndose de ella y dicíendole que había sido una gran broma. pero no, no apareció nadie, sólo Alexandera, esperando su pronta respuesta.- no creo que sea conveniente, pero... sabe que - se puso de pie, y le tendió la mano rápidamente - con todo respeto, no sé de cual habrá fumado, pero acepto el ofrecimiento, solo por el mal sano morbo de saber que trama - había aceptado, sin pensarlo dos veces y creyendo aún que era un gran broma. | |
| | | Alessandra XVII Suma Pontífice {Vaticano}
Mensajes : 47 Fecha de inscripción : 24/03/2010
| Tema: Re: El Comienzo Miér Mar 30, 2011 11:24 pm | |
| Asentí convencida de mi decisión. La habíta tomado casi de imprevisto, cuando me hablaron de ella comencé a pensar en el tema, pero deseché la idea ya que me parecía una locura. Esta decisión, la había tomado en cuestión de minutos. En mi sano juicio sería la última persona a la que nombraría para el cargo, pero tampoco estaba en el sano juicio de una persona nombrar a una jovencita de 23 años como máxima dirigente de la Iglesia. Sabía que esta decisión causaría revuelo, como había causado revuelo mi papado. Pero todo pasaba, y sabía que dentro de unos meses nadie se acordaría de esto. Aún así, si esperaba poder en cierto modo aconsejarla y guiarla, enseñarle ver como veía todo esto. Había entrado, no por su voluntad y no era quien para retenerla aquí. Pero la ignorancia nos hace obviar muchas cosas y quizá lo que le ha faltado a ella, hasta ahora, era un guía.
La sonrisa amable se transformo en una expresión de sorpresa e incredulidad. Se quedó callada, con la boca medio abierto sin saber que decir. ¿Había oído bien? La incredulidad se fue transformando en un desesperado intento de aguantar la risa. No sabía si era una risa histérica o qué, pero lo que estaba claro que su respuesta me había desconcertado totalmente. ¿No sabe de cuál había fumado yo qué? ¿Perdon? -Supongo que esa...es otra forma, hasta ahora desconocida pra mí, de decir que sí. Supongo. ¿Cuántas cosas me había perdido? Miraba estas cuatro paredes y era capaz de relatar momento tras momento de todos los instantes que había estado en estas cuatro paredes. Mi infancia se fue como vino, y en parte por decisión propia y no por tan propia decisión me vi privada de experimentar muchas cosas que los adolescentes probaban.
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| Tema: Re: El Comienzo | |
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| | | | El Comienzo | |
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